Minerva, mi amor, tú haces que mi corazón lata más fuerte
cuando pienso en ti. Y cuando te veo y te miro, mi cuerpo sonríe.
Es tu primer aniversario. El 4 de abril lo celebramos porque
se cumplen 365 días desde que naciste… y también nacimos como padre, como madre
y como nuevas personas.
Mi mundo cambió cuando supe que existías y desde que te tuve
en mis brazos cambié yo.
Todos los planes que teníamos pensados se vinieron abajo. Tu
llegada fue un terremoto. El parto que empezó en casa fue traumatico y pensar que por culpa de que los de Sant Pau nos echaran sin haber visto mi dilatación, te hubiera dañado, nos martirizaba. Nadie me quitará la idea de que naciste así de nerviosita por culpa del parto tan sufrido.
El comienzo fue raro, la tristeza puerperio me sorprendió. No dormías “lo que tenías que dormir”, llorabas siempre que no estabas en brazos, eras más nerviosita que el resto de recién nacidos, me desconcertabas. La responsabilidad y los miedos me invadieron, hice caso de algunos consejos absurdos (absurdos para nosotros) y pensaba que todo me iba grande. Hasta que paré: te escuché, te comprendí, te conocí y me enseñaste que solo necesitabas más amor del que ya te estábamos dando. Sí, mucho más, porque tú me has enseñado lo que es el amor sin límites, y eso es lo que hacemos cada día: amarnos sin límites… y cada día un poquito más. Cada día ha sido una lección para nosotros, una lección de paciencia, de sentido del humor, de vida y de amor.
El comienzo fue raro, la tristeza puerperio me sorprendió. No dormías “lo que tenías que dormir”, llorabas siempre que no estabas en brazos, eras más nerviosita que el resto de recién nacidos, me desconcertabas. La responsabilidad y los miedos me invadieron, hice caso de algunos consejos absurdos (absurdos para nosotros) y pensaba que todo me iba grande. Hasta que paré: te escuché, te comprendí, te conocí y me enseñaste que solo necesitabas más amor del que ya te estábamos dando. Sí, mucho más, porque tú me has enseñado lo que es el amor sin límites, y eso es lo que hacemos cada día: amarnos sin límites… y cada día un poquito más. Cada día ha sido una lección para nosotros, una lección de paciencia, de sentido del humor, de vida y de amor.
Tu mirada pura, siempre sincera sonrías o llores, me
enseña tanto... Me recuerda aquello que los adultos contaminados por la
sociedad hemos olvidado. Los bebés y los niños sabéis qué es lo realmente
importante: el amor, las caricias, las horas de juego sin máquinas, sin prisas,
sin relojes, sin dinero, sin interferencias. Nos has enseñado que el mundo no
gira alrededor de nosotros aunque los adultos nos creamos que nuestras
necesidades sean más importantes. A partir del día que nos dimos cuenta, todo
cambió. No deja de ser duro que sigamos sin dormir tres horas seguidas; que
demuestres tu enfado con ese genio (y qué genio!) cuando algo te frustra (como
a nosotros, los adultos); que tengas momentos o días enteros malos (como
nosotros, los adultos); que haya días que necesites contacto las 24 horas y te tengamos
que llevar en manduca incluso mientras hago pis J.
Pero ya no nos agobiamos, si habíamos intentado hacer algún pequeño plan
mientras dormías y (cómo no) te despiertas, nos miramos y sonreímos: “más rato
para estar contigo!”. Y me da igual que el resto piense que te consentimos, en el sentido negativo que algunos tienen de lo que significa consentir.
Contigo hemos aprendido que el amor no malcría; el amor da confianza y verdadera
libertad para asumir el trabajo más duro y difícil que sin duda existe: la
maternidad / paternidad.
Somos plenamente conscientes del modelo de crianza y educación
que queremos darte. Los libros de Carlos González, Rebeca Wild, Naomí Aldort,
Rosa Jové, Yolanda González Vara nos han orientado mucho, pero la principal
referencia eres tú J
mi pequeña terremoto.
Gracias por haber llegado a nuestro hogar, por ser nuestra
hija, por hacernos vivir nuestro primer año más intenso, sorprendente y
maravilloso de nuestras vidas.
Minerva: te quiero, te amo, me emocionas; lo eres todo para
mí. Feliz primer cumpleaños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario