Como cualquier otro bebé que muere cada día...
Quiero pensar que esos dos bebés que volaban en el avión hacia Düsseldorf murieron de la mejor manera: en brazos de sus madres, abrazados muy muy fuerte, sintiendo el cuerpo de sus mamás y fundiendose para siempre con ellas.
Las muertes de todos esos pasajeros son horribles, pero la idea de esos bebés que solo habrán sentido el pánico del resto de los pasajeros y de sus madres sin saber qué pasaba me sobrecoge y tortura.
Qué frágil es la vida. Esta vida actual tan material, tan intencionadamente satisfactoria que nos aleja de lo natural nos hace olvidar que todos nacemos y, en consecuencia, morimos en cualquier momento.
¿Por qué algunas vidas acaban plácidamente y otras con tanta violencia? ¿Por qué algunas personas mueren de viejitas y otras con solo unos meses de vida? ¿Por qué existe el sufrimiento? ¿Alguna vez la humanidad encontrará la respuesta a estas dudas?
Descansen en paz todos los pasajeros del vuelo.
miércoles, 25 de marzo de 2015
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