"Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: la razón y derecho en la lucha."
Miguel de Unamuno

martes, 4 de abril de 2017

Felicidades, maestra

En un día como hoy, 04 del 04, escribo en este blog más muerto que vivo por un motivo. Por EL MOTIVO, por la que mueve mi mundo, nos lo agita, nos lo bate y a veces nos tritura.
Por ella, por ti, no sé si dirigirme directamente a ti, algún día leerás esto? Seguramente no, pa qué, un tostón que escribió la rarita de mi madre hace un montón de años sobre mí, qué cursileria, yo que solo pienso en piercings, movidas y tíos o tías (digo! :P)
Ya llevamos tres años juntos, llenos de gritos, llantos, mocos, leche, risas, caricias, insomnios, rabietas i molta xocolata.
Mi adicta a la xocolata negra. Esa sería una de las cosas que podría decir para describirte. Mi tragoncita, cómo disfrutas con la comida, y saboreas cosas nuevas. Cómo disfrutas con el pescado, los calamares y chipirones pero no el bacalao. Y lo intentas, como con todo lo que no te gusta, te esfuerzas en seguir comiendo hasta que me confirmas "no m'agrada". No te gusta el pan untado con tomate, ni la tortilla! Pero te devoras tu ración de berenjena a la plancha o la ensalada de lentejas con cus cus y nos robas parte de nuestra ración! Y la remolacha solo la comes para dejarte la lengua roja aunque no te guste su sabor ni textura.
En fin, maestra de la vida, maestra de la buena vida, felicidades por tus ya tres años y por este cambio de bebé a niña en el que ya eres consciente del mundo bastante loco que te ha tocado vivir.
Gracias por tus conversaciones y preguntas, por tus "t'estimo molt", tus abrazos y tus besos llenos de ternura y energía, por tus miradas con esos ojazos que me emocionan pero sobre todo por tu paciencia con mis tonterías y mis berrinches. De verdad, que intento mejorar con esas rabias que siento dentro de mí cuando después de un rato de aguantar tus rabietas, noto que la mía se descontrola y te empiezo a gritar y a apartar para no darte un guantazo que es lo único que me apetece en ese momento de descontrol mío, pobreta mía. Cuando me calmo y veo que no me he portado bien, que no he estado a la altura de la situación, me reprocho y me castigo como si fuera a servir de algo, Y pienso que lo nuestro cambiará, que ya no me querrás tanto, que te darás cuenta que soy una ogra que no entiende que eres una niña y que muchas veces te enfadas porque te tienes que enfadar y punto!
Pero no, momentos más tardes, me vuelves a demostrar el corazón tan grande que tienes y nos abrazamos y entonces soy yo la que quiere llorar por olvidarme durante unos segundos de lo maravillosa que eres...
Como ves, me queda mucho por aprender, te queda mucho por enseñarme. Te quiero.

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