"Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: la razón y derecho en la lucha."
Miguel de Unamuno

martes, 21 de febrero de 2012

Dictadura

Lo escucho muy a menudo, cada vez más. Con intención de exagerar (o quizá no) muchas conversaciones sobre este puto país acaban en que vivimos en una dictadura.

Los de nuestra quinta nacimos en la democracia pero lo que sí que sabemos es que un control total por parte de las fuerzas del orden, recortes laborales y sociales, acaparamiento de la riqueza, demonización de otras ideologías, exaltación de la religión católica, censura, prohibiciones de huelgas y manifestaciones y por supuesto cargas policiales contra estudiantes son claros síntomas de que se vive en una dictadura.
Ah, sí! Se me olvidaba la salsa sin la que todo lo anterior no puede funcionar: aborregamiento de la masa. Porque en las dictaduras, cuando la masa que quiere vivir en el mundo de las hadas escucha que hay personas que sufren de esto o de aquello y se les empieza a despertar algo en el interior (ya sea, curiosidad, inquietud, miedo) viene EL PODER y dice que los que sufren esto o aquello lo sufren porque son malos y porque no respetan el orden establecido, entonces es cuando la masa vuelve a respirar aliviada porque saben que si son egoístas y encienden la tele y se quedan tranquilitos con sus asuntos, nada les podrá pasar.

Y de esta manera las dictaduras duuuuran y duuuuran.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ostras, hoy he leído una cosa parecida:
“- Y alrededor el chapoteo del dinero sucio, los beneficios del dolor… también eso lo hemos visto. Solo en Colombia, miles de millones. Tú eso también lo has visto. Sabe Dios cuánto tendría ese capo tuyo. –No esperó respuesta-. En el Congo, miles de millones. Una octava parte de la economía de este puto mundo: más negra que la boca de un túnel. Los dos lo sabemos.

- Sí. Lo sabemos.

- Dinero manchado de sangre. A eso se reduce todo.

- Sí.

- No importa dónde. Puede estar en una caja debajo de la cama de un señor de la guerra en Somalia o en un banco de la City en Londres al lado del oporto añejo. No cambia de color. Sigue siendo dinero manchado de sangre.

- Supongo que sí.

- Sin glamour, sin excusas bonitas. Los beneficios de la extorsión, el narcotráfico, el asesinato, la intimidación, las violaciones masivas, la esclavitud. Dinero manchado de sangre. Interrúmpeme si exagero.

- No exageras, eso seguro.

- Solo hay cuatro maneras de acabar con eso. Una: vas a por los individuos que lo hacen. Los capturas, los matas o enchironas. Si puedes. Dos: vas a por el producto. Lo interceptas, impides que llegue a las calles o al mercado. Si puedes. Tres: atajas los beneficios, llevas a esos cabrones a la quiebra.

Un silencio inquietante mientras Hector reflexionaba aparentemente sobre asuntos muy por encima de la franja salarial de Luke. ¿Pensaba en los traficantes de heroína que habían convertido a su hijo en adicto y en carne de presidio?¿O en los “buitres capitalistas” que habían intentado llevar a la quiebra a su empresa familiar, y arrojar al basurero a sesenta y cinco de los mejores hombres y mujeres de Inglaterra?

- Por último, tenemos la cuarta manera, la manera veraderamente mala –decía Hector-. La más practicada, la más fácil, la más cómoda, la más habitual y la más discreta. Que les zurzan a los que pasan hambre, a las víctimas de violaciones y torturas, a los adictos que pierden la vida. Al diablo el coste humano. El dinero no huele a nada siempre y cuando haya de sobra y sea nuestro. Pensemos a lo grande, eso ante todo. Cojamos los peces pequeños pero dejemos a los tiburones en el agua. ¿Qué resulta que un fulano blanquea un par de millones? Es un condenado sinvergüenza. Llamemos a los reguladores y pongámosle los grilletes. Pero ¿y si son miles de millones? Eso ya son palabras mayores. Miles de millones son una estadística”

John Le Carré. Un traidor como los nuestros.



Irina

DaeConE dijo...

Me quedé con ganas de seguir leyendo!