Ya nos sorprendimos cuando el día anterior nos informaron que el autocar nos recogería en el hotel a las 10 de la mañana para ir al Mar Muerto. Yo me pensaba que todos los días se tenía que madrugar, pero a modo de respuesta sin que nadie preguntara, Pepe añadió que todos estábamos cansados y que si empezábamos la excursión a las 10 ya habríamos recuperado las fuerzas.
El desayuno era un buffet de panecillos y bollería muy europea con mantequilla y mermelada, también había cereales, yogur, aceitunas, pepino, leche, café y zumos (a ver quién descubre qué es lo que llama la atención de la lista...). Un desayuno aceptable, nada más.
En el autocar nos esperaba el guía Safir, jordano de cuarenta y pico años, no muy alto, robusto, y con unos ojos preciosos. Nos dio detalles sobre el Mar Muerto y sobre el recorrido hacia este lago, el punto más bajo de la tierra.
También nos dio un par de lecciones de historia contemporánea y con sus opiniones nos confirmó las sospechas de que a la mayoría de jordanos no les gustan los judíos imperialistas (como a la mayoría de los humanos). Eso sí, en ningún momento los insultó ni dijo ninguna barbaridad, solamente informaba de las dificultades que tienen los árabes de alrededor para poder ver y hablar con sus amigos y familiares que viven en Palestina.
Safir nos recomendó que no metiéramos la cabeza en el agua, que no estuvieramos más de media hora en el mar, que cuando saliéramos bebieramos mucha agua y que después de descansar volvieramos al agua. Y así empezó nuestra vida de turista: haciendo todo todito lo que los guías nos decían y aconsejaban para cuidar nuestro culito turista.
Hasta después de unos días no sabríamos que la temperatura de ese día a pleno sol era de 45 grados. En ese momento notábamos que hacía mucho calor y nos aliviaba pensar que cuando llegaramos al agua nos refrescaríamos... Pues el contacto con el agua nos hizo exclamar, pero exclamamos por lo caliente que estaba!! Caliente, caliente eooo! Caliente caliente oaaaaaa!
Sólo si nos metíamos bien adentro y con esfuerzo lográbamos mantenernos verticales notábamos alguna corriente un poco más fresca.
La mala idea llegó cuando insistí a Pedro que nos untáramos el cuerpo de barro porque las propiedades del barro del Mar Muerto son perfectas para el orgánismo bla bla bla. Después de pagar los 3 dinares por persona y cuando me asomé a los cubos del barro intuí la mala idea. Y cuando toqué el barro confirmé la mala idea. En cuanto lo toqué pensé que no era barro sino petróleo y que cuando acabara toda enfangada me parecería a esos pobres animalillos que están llenos de chapapote, tan mustios y con carita pena. Cuando acabamos de ponerlo en todo el cuerpo y nos marchábamos corriendo, los majos de los que llevaban el negocio nos dijeron en castellano "la cara, la cara! También la cara!!" bufff, pues con bastante disgusto también nos tuvimos que untar la cara.
En teoría se tiene que esperar 10 minutos para que las magníficas propiedades hagan efecto. Pero después de 5 minutos sentía como el chapapote corría por mis venas y me tuve que duchar. Pedro aguantó 10 segundos más y también se duchó.
El calor y la rallada que nos metimos de que ese barro no era muy bueno consiguieron que en dos minutos nos sintiéramos tan cansados y hechos polvo que pensar que en 10 minutos teníamos que comer como que nos regiró un poquito el estómago...
La comida que hicimos en el restaurante del Mar Muerto fue la peor del viaje. Vale que estábamos tocados, pero de comida podemos decir que sabemos "algo". Y esa comida no era buena. La calidad y variedad del buffet dejaba mucho que desear. Un poco de humus y ensaladita y ya está. Y sablazo a la jordana, por cierto.
Cuando salimos del restaurante no había ganas de hacer nada, así que nos sentamos debajo de lo más parecido a la sombra y al poco nos subíamos al bus de regreso al hotel.
martes, 24 de agosto de 2010
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2 comentarios:
Jajajjaaj q bueno, erais como una gaviotica gallega...
me mola el detalle de "ojos preciosos"
sigo diciendo q deberias sustituir a la Lucia esa y hacerte compi de Mendoza.
Aupa mi monchi!
Luego no quieres pillar piojos y a la primera de cambio te untas el cuerpo de lodo putrefacto :P
Hace millones de años los velociraptores tambien vivian en el mar muerto que por aquel entonces todavía estaba vivo!
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