No! No! No! Me niego!

Es más, damos y caballeras, yo diría que reniego con firmeza y con energía, ala...

(ejem ejem)...
¡Destino trágico y cruel! ¡Tú, que te has burlado de mi ser al otorgarme con mucho recochineo y mala leche lo que tanto odio! ¡Basta! ¡Dioses del Olimpo, escuchad mi súplica que con tanto fervor os hago llegar y despojadme de esta maldición que recibí al nacer!!! ¡Aaaaaah! ¡Desdichada soy! ¡Desdichada soy desde el día en el que escuché mi voz grabada en una cinta de audio!
No podía creerlo, esa voz tan dulce y aterciopelada que resonaba en mi cabeza y que acompañaba todas las palabras con una suave melodía, en realidad no existía!! ¡Era un espejismo! Mi voz es gangosa y de pito, hasta por ahí, mira oye, qué le vamos a hacer, no se puede ser pefecto, en algo tenía que compensar a este cuerpo escultural y este cerebro tan audaz, pero... horror!! En muchas de las frases que pronuncio... me sale ramalazo PIJA!!!! NOOOOO!
Míticas son las frases en las que el recochineo de mis amig@s se hace patente y con toda la razón del mundo: "jo tía! hay q leer a Cortázar!" o "síiii! me encanta la ricotta!!" En mi cabeza esas frases suenan con entusiasmo, con énfasis, con ánimo! Pero en realidad, el interlocutor no se queda con el mensaje tan profundo que intento transmitir, simplemente me imita entre carcajadas acentuando aun más el ramalazo pijo oij!
Desde que me di cuenta, mejor dicho: desde que hicieron darme cuenta, he intentado vocalizar más y hablar más lentamente. Desgraciadamente esta lengua de trapo no me ayuda mucho a conseguir mi objetivo...
Pero bueno, que con la familia y con los amigos, pues ya estoy acostumbrada, total es gente que me conoce, me quiere y simplemente se ríen de mi y ya está! jeje yo también me río, eeh? Que conste.
Pero lo que de verdad me avergüenza es, por supuesto, con los recién conocidos; ya sean, compañeros de trabajo o de clase.
En fin, que si ocurre que de compis pasamos a amigos, pues con la confianza ya se irán riendo de mis pijotadas. Pero tengo asumido que si, pasa el tiempo y no nos volvemos a ver, si algún día se llegan a recordar de mí, pensarán en esa pava a la que cuando no se le trababa la lengua, hablaba demasiado lento, o hablaba con acento de Les tres torres... ay!