¡Carajo! ¡¡Un gargajo!!

El otro día una pava se rio en mi cara. Y encima una chica alta, rubia, elegante... Sí, ya lo sé, era como si yo me viera reflejada en un espejo, pero no era yo; eso que quede claro. Pq si fuera yo la que me hubiera reído de mi misma en el metro viéndome doble, entonces todo esto se lo tendría que contar a un especialista del coco en vez de explicarlo en un blog. (!?)

Queeeee... los gargajos matutinos son muy traicioneros, ¡hombre! Sobretodo cuando al despertarte no hablas con nadie ni tomas tu rico zumo de naranjas con miel (y ron).
Era un día como otro cualquiera en el vagón, preparada para bajar en la siguiente estación y para preguntarle a alguien q me entorpeciera el paso "¿serás tan amable de dejarme pasar o será necesario darte un collejón para que te apartes" o lo que es lo mismo "¿bajas?".
Cuando esa palabra es la primera que sale por mi boquita y encima lo palabro tiene una letra J, en mi caso lo más problable es que ese "¿bajas?" vaya acompañado de un sonoro gargajo. Por supuesto la destinataria de mi mensaje fue muy rápida al contestar que no y apartarse, pero acto seguido sus bonitos labios dibujaron una amplia sonrisa de sorna. El "no" fue la respuesta a mi pregunta y ¡la sonrisa burlona fue su respuesta a mi gargajo!
En fin, levemente abrumada por el bochorno, sólo quise salir de allí cuanto antes. Y una vez superado el bochorno, llegue a la indignación "¡Cómo un adulto se puede reír de semejante tontería, oij, que inmadurez!" Pero la indignación desapareció tan pronto como me llegó el pensamiento de qué hubiera hecho yo si hubiera estado en el lugar de la chica... Pues reírme a carcajada limpia de la tía gargajosa!!!
Así que mi moraleja del día fue: "ríete tú de ellos antes que ellos se rían de ti".

Estas pequeñas lecciones de la vida hacen que me reafirme en la filosofía del maestro "pedazo de animal" de la Chaqueta metálica: "mejor tú que yo".