"Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: la razón y derecho en la lucha."
Miguel de Unamuno

miércoles, 14 de marzo de 2018

Me pinté los labios

Una mañana de sábado de primer día de regla me levanté con la sensación de que todo me malía sal.
Júpiter arrastraba unas anginas chungas y mi guerrera me pedía marcha desde hacía ya un buen rato, así que dejé de fantasear con que el pochito prepararía el desayuno y me levanté para pelar la fruta. (Mira que me gusta comerla pero pelarla... Brrr!!)
Con la misma energía que un zombie en un plató de mujeres, hombres y viceversa (uauuu es buena esta figura, verdad?), me arrastré hasta la cocina para intentar activarme.
Tras las tropecientas torradas de mantequilla y miel que me zampé me dispuse a acicalarme (cuando acicalarme quiere decir quitarme el pijama-chandal de andar por casa, lavarme los dientes y ponerme la crema hidratante).
Así que mirando la realidad frente al espejo, con esas ojeras profundas y esa palidez draculina hepática decidí pintarme los labios para dar una imagen más saludable sin muchas pretensiones.
Salí del baño y me reuní con ellos en el recibidor, con las chaquetas y la vista puesta en los zapatos que se ataban.
De repente tu mirada, esa mirada sincera, preciosa, del amor más puro que pueda existir consiguió que me sintiera guapa y capaz de comerme el mundo. Tu " papa, mira què guapa que és la mama!" hizo que me olvidara de todos los cansancios y sangres y porras y me mirara al espejo contenta y satisfecha.


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