Me convencieron de que estaba EXAGERANDO, que todavía no había empezado el parto y que solo fuera cuando me DOLIERA MÁS. Así que lo que hice en casa fue reprimir ese dolor tan horrible que solo una mujer pariendo puede sentir mientras pensaba que eso no era nada, que era una floja, que tenía que aguantar...
En lugar de "disfrutar" ese dolor, de sentir todos los dolores como el proceso natural del nacimiento de mi hija y emocionarme, REPRIMÍ todo lo que sentía en un momento crucial de nuestra vida.
Durante mucho tiempo me torturó ese trauma. El hecho de que Minerva naciera tan nerviosita, que llorara tanto, que durmiera tan poco, que su mirada no conectara con nadie me machacaba por culparme de no haber insistido en quedarme en St Pau aunque esa perra que se hace llamar doctora me echara. Me angustiaba imaginar que mi pelvis hubiera presionado durante demasiado tiempo su cabecita y le hubiera lesionado.
Mi parto fue un trauma para mí y para Mine porque esa mujer dijo "si quieres parto natural, te jodes y sufres y de rebote sufre tu hija".
Por suerte o no sé porqué, soy una mujer muy fuerte y sana y mi parto no tuvo ninguna complicación. Podría haber parido en medio del bosque o en casa si lo hubiera querido (o si hago un empujón más en la habitación ...). Mine es una niña sana y muy fuerte y con mucho amor, comprensión y paciencia y muchas horas sin dormir (jeje) han hecho que ella supere el trauma, que sea una niña feliz y encantadora y que confíe en los suyos.
No voy a decir que ella es adorable gracias a nosotros porque no es cierto, pero sin duda, durante su crianza ella se ha dado cuenta de que podía contar con sus papás las 24 horas del día (aunque a veces a las tantas de la madrugada nuestro tono se pareciera más al de unos ogros cuidando a su ogrita que a unos devocionales padres).
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