Qué ganas de que llegue el mes de abril...
Pero mientras tanto, mi bollito se está horneando a fuego lento. Cada día crece un poquito más, se hace más fuerte y se prepara para el gran día. El día que por fin podamos comerla a besos!
Desde hace un mes que voy a clases de preparto (o de nacimiento, como le gusta decir a Núria, la "profe") y en contra de lo que había leído o me habían explicado, creo que estas clases son muy útiles. Creo que todo se debe a la comadrona que me ha tocado. Es una enfermera que ha sido madre y ahora es abuela. Es cachonda y sensible a la vez.
Sus clases las dedica para contestar nuestras dudas, derriba mitos y nos quita el miedo (o al menos lo intenta) pero sin quitarle nada de la magia de cada parto. Explica que cada parto es especial y emocionante y tenemos que vivirlo lo mejor que podamos.
La clase de ayer me encantó porque nos repitió mil veces que en el momento del parto hemos de ser leonas y leones con nuestros cachorros. Hemos de dejar claro en todo momento qué es lo que queremos hacer y QUÉ NO QUEREMOS QUE NOS HAGAN.
El parto es nuestro y de nadie más. Remarcó que el personal sanitario está para ayudar y sólo tiene que intervenir más de lo necesario si la vida de madre o hijo correo peligro.
Pedro y yo visualizamos tanto la imagen de leones defendiendo a nuestra cachorra que ya estamos practicando zarpazos y rugidos GRRRRRR!!!!
viernes, 7 de febrero de 2014
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