Último cable

Interrumpimos este interesante y no en vano inquietante silencio bloguero para informarles de la última noticia. Como ya sabrán, en este blog nos debemos a la más rabiosa actualidad, así que serán los primeros en enterarse de un gran acontecimiento. No, no vamos a hablar de las primas de riesgo ni de Berluconni ni Merkel ni la hija de Sarko.
Les vamos a hablar de mi trabajo, hacía mucho tiempo que no informábamos (sí, lo reconozco, estoy en la fase del plural mayestático, y qué!) de las actividades en la librería donde trabajamos. Grandes cosas ocurrieron pero no me apetece explicarlas ahora, simplemente mencionaré que la situación está igual con mis queridos jefes y compis.
Pues bien, esta tarde antes de marcharme mi boss me ha pedido que no apagara el ordenador porque quería trabajar desde allí (eing? sí, estas cosas pasan en mi librería... caprichos de jefe...) así que me pidió que dejara apuntada la contraseña de acceso.
Dudé durante un momento, no sabía si dejarla apuntada o no... pero sabía que si no la dejaba me llamaría para pedirla y quizá sería peor, así que la escribí en un post-it en mayúsculas y bien clarito.

CLAVE: CULO

Ahí está, mi jefe para entrar en mi ordenador tendrá que teclear la palabra CULO y digo yo, ¿de quién es la culpa? De Zapatero, por supuesto! ¿Es normal que estas cosas le pasen a una bibliotecaria de 31 años? Probe de mí!
¿Cuál será su reacción mañana? Damos y caballeras: hagan sus apuestas...