Damos y caballeras: empieza una nueva era en el blog. Con esta entrada quedará inaugurada la sección: quejas y me cago en todo lo que se menea.
Como ya sabrán, dicho blog está dedicado al canto a la vida, a la alegría, a la ilusión, a la seriedad y a los corderitos, donde el buen lenguaje brilla por su ausencia, digo presencia y por supuesto nunca ha habido tacos ni insultos ni quejas contra nada ni contra nadie (ejem).
Pues las cosas han cambiado. Porque me voy a quejar por primera vez (ejem).
Ahora en serio, que conste que lo que voy a explicar no es grave, ni mucho menos es comparable con casos que tristemente tienen que vivir otras familias. Lo que nos está pasando a nosotros es un pequeño bache que tenemos que pasar y superar y por supuesto asumimos que otras personas están viviendo trágicamente la espera, el paso de los minutos, de las horas y días que corren en su contra.
Porque cuando hay problemas de salud el concepto del tiempo cambia radicalmente. Quieres que el mundo se pare pero que un mes entero pase en solo un segundo. Desde el primer momento en que un médico te dice que algo no va bien, ves que el tiempo que transcurrre sin hacerte una prueba, sin ver a otro médico, es tiempo muy valioso pero perdido y mientras, la sensación de impotencia crece y crece sin saber qué hacer. Bueno, sí, sabiendo que con mucho dinero todo se hace de forma rápida, claro. Es entonces cuando crece la impotencia y la rabia.
Resulta que lo mío no es tan grave como quizá parecía al principio ( y que todos vosotros me asegurabáis que no podía ser malo y que si lo era pues había que sacar toda la fuerza) pero yo estaba acojonada y no las veía todas conmigo, sobre todo no me sentía fuerte para centrarme y saber cómo tomarme este imprevisto.
Cuando empezamos a pedir fecha para médicos, todas nos parecían que eran lejanas y que no aguantaríamos la espera. Incluso por la Creu Blanca teníamos que esperar no sé cuántos días, a pesar de que mis padres decían que pagáramos lo que fuera y durante un momento yo también lo pensé, al final decidimos que esperaríamos lo que teníamos que esperar. Si pensábamos fríamente, ya habíamos pasado por eso en el 2002 y con todos esos precedentes, ahora seguro que todo iría igual.
Una vez visto a un médico, llegó un poco de tranquilidad, porque él como experto aseguró que era benigno. Otro día vimos a un cirujano experto en tumores y confirmó que a simple vista todo tenía muy buena pinta. Pero claro, hay que hacer pruebas porque aunque seguro que todo es bueno, hay que hacerlas!! Así que el cirujano con muy buena voluntad me había concertado hora para el 13 de octubre y en recepción me dijeron que durante el transcurso de la semana anterior me llamarían para avisarme qué día me hacían la biopsia, así el 13 tendríamos los resultados y decidiríamos si se operaba o no.
Pues bien, no me llamaban y el 13 se acercaba así que decidí llamar imaginando que con las retallades era imposible hacerme la prueba a tiempo. Por supuesto que mi caso no es urgente, y los trabajadores de salud tienen que saber priorizar casos. Al final me he enterado de que la doctora que hace las punciones está de baja maternal y no vendrá el sustituto hasta el 17 de octubre... Y el cirujano sin saberlo... Me retrasan la hora de la punción y de la visita con el cirujano. Y todos los trabajadores de la salud están tan puteados y cabreados como los pacientes.
Otro día explicaré con más detenimiento que el problema que se ha vuelto a repetir ya lo viví en el 2002 y las (creo) que dos semanas que visité médicos y más médicos y me hice pruebas y más pruebas hasta confirmar que era benigno no fueron tan duras porque cuando me tenía que hacer todas las incómodas biopsias ellos me cogían de la mano... Jo, que gente más maja.
El problemilla llegó cuando me tenían que operar; pasaron más de 8 meses desde que me diagnosticaron lo que tenía hasta que me operaron.
Me daban hora y el día anterior me llamaban para decirme "queda desplazada hasta nuevo aviso", así era cada vez que me daban hora y así pasaron meses y meses. Hasta que mi madre que fue la que siempre iba al hospital para preguntar por qué tardaban tanto, un buen día se cabreó y le soltó a la responsable "está bien, pues voy a tomar medidas ahora mismo..." misteriosamente, a la semana siguiente me operaron.
Lo que estamos viviendo ahora es simplemente incómodo, pero como incómodo que es, quiero que acabe ya. Y me pregunto, ¿esta vez todo se retrasará tanto o más?
jueves, 6 de octubre de 2011
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1 comentario:
Uf! Em sap tant greu que hagis d'estar així esperant...I si la teva mare es torna a cabrejar? ;-)
Un petonàs!
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