Aquí no hay quien estudie

Mañana tengo examen y aquí no hay quien estudie. No hace falta decir que lo llevo fatal.

Había previsto estudiar hasta bien entrada la madrugá (como en los viejos tiempos) pero no son ni las 10 de la nit y ya estoy muerta de sueño.
Además con el señorito dando vueltas por la casa (está aburrido) y siempre que está aburrido y me ve a mí ocupada pues no se lo ocurre otra cosa que... (cómo podría explicarlo? ... ) ya lo tengo: MOLESTAR!
Se ha puesto a tocar la guitarra y me ha dedicado una saetilla, lo dejo pasar; le pido que haga él la cena, se va protestando y se dedica a relatarme a viva voz y paso a paso todo lo que hace, lo dejo pasar; lanza una especie de gritito y viene corriendo con una bandeja de champis diciendo que le dan asco, le digo que los lave... lo dejo pasar; me grita que acuda de inmediato a la cocina; acudo. Una vez estoy allí, se gira lentamente de una manera muy efectista y me enseña sus ojos inyectados en sangre mientras llora a lágrima viva pidiéndome que corte yo la cebolla y que prepare el resto de la cena... Le digo que todo tiene solución y que no respire mientras corte la cebolla.
Es entonces cuando empieza a entablar conversación con su amigo imaginario: Boby (no es en honor a Vuvi). Boby es pequeño, peludo y muy quejica. En realidad es él mismo que ladra y llora imitando a esos perros pequeñajos que se quejan cuando alguien los pisa...
En fin, supongo que las risas que me da compensarán el aprobado que saque mañana.

Y encima pierdo tiempo mientras escribo esta absurda crónica, si ej que...