No se puede huir de los domingos noches; puedes ir al cine, puedes ir a cenar, puedes ir a tomar algo, pero el domingo noche no te abandona, las risas no son tan sinceras ni plenas como lo eran unas horas antes. Intentas olvidar con todos los artificios y esfuerzos lo que te ronda por la cabeza en todo momento: mañana es el primero de los cincos días de una laaaarga semana de trabajo, cansancio, prisas y nervios.
Te inventas mil motivos para animarte, piensas que el día siguiente será un gran día, que comerás algo rico, que quedarás con alguna amiga... pero no es posible. Es lo que hay, el fin de semana ha pasado sin darte cuenta, volando, pero el domingo noche... ay el domingo noche! Pasa lentamente, no sabes si es mejor irte a dormir y que sea ya el día siguiente o aprovechar lo que todavía es fin de semana. Difícil elección.
Mi único incentivo es el desayuno: zumo de naranja, cafecito intenso, tostadas con mantequilla y madalenas son mi resorte para salir de mi calentita y cómoda cama en un frío y oscuro lunes laboral...
Quién dijo que aunque le tocaran en la lotería 1000 millones de euros seguiría trabajando???
domingo, 14 de febrero de 2010
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1 comentario:
Esa sensacion la sigo teniendo, pero era mucho peor cuando iba al cole...joder que mal me he sentido solo al recordarlo...jodia Maria Luisa!!
Besos TT
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