Esta mañana me comí un crusant! (Y ahora devoro con anhelo un bocata de calamares encebollados, eaa!)
Y es que este finde hemos estado en la Frrrrance, oui oui mon chère.
El viernes fue un día diferente porque nos lo pedimos libre. Experimentamos la agradable sensación de la ociosidad con el añadido que el resto de humanoides trabajaban y con el añadido que nos íbamos de finde por las tierras de nuestros buenos vecinos los gabachos oh lala!
Ni cortos ni perezosos nos fuimos a Carcassonne, vimos la Cité Médiévale de noche y de día, tiramos muchas flechas imaginarias desde las saeteras y derrochamos unos pocos euros en chorradas de turistas.
Ni cortos ni perezosos nos desplazamos a Toulousse sin mapa de la ciudad, ni reserva previa de hotel. Después de varias horas deambulando desorientados por una ciudad inhóspita, cruel e ingrata (en realidad fueron unos minutos pero me apetece adoptar un tono drámatico para narrar nuestras no-aventuras), de preguntar en decenas de hoteles y viendo que nuestro aciago futuro inmediato se presentaba azuloscurocasinegro, hicimos una lista con tres lugares en los que nos ofrecían cama:
1. Hotel de 4 estrellas de 180 eurazos la noche. Nuestra respuesta: "ya nos lo pensaremos, merci beaucoup!" (No si poder, podíamos pero no queríamos. Ya se sabe: Le capitalisme est malade!!).
2. Hotel al lado del río rodeado de personas que inspiraban mucha confianza, de aquellas personas que estás seguro que si les prestas las llaves del coche y 180€, al día siguiente te devuelven el coche con el depósito lleno y el dinero con intereses...
3. Dormir en el coche.
Oui, optamos por la más sensata: iríamos al hotel n. 2. Gente maja, ¿sabes? Al final, bajamos para estar un rato con ellos, a la luz de la hoguera, con nuestros mitones y compartiendo el vino de cartón cosecha del 84.
No sin antes cenar en un pomposo restaurant llamado Hippopotame que, como su nombre indica, era una antro lujoso y elegante. Cenamos una exquisita ensalada y dimos paso a una distinguida hamburguesa con french fries.
Pa' rematar el viaje, la menda condujo unos cuantos kilómetros de carretera francesa a 130 km/h. Mon Dieu!! C'est ne pas possible!!!
Lo primero que he hecho al llegar a ma maison ha sido ver Top secret.
lunes, 20 de octubre de 2008
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